Los planetas del Sistema Solar nos los enseñan en la primaria y hasta existen canciones para memorizar los nombres: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Pero estos no son los únicos planetas en la galaxia y mucho menos en el universo, también existen los llamados “exoplanetas”.
Los planetas son cuerpos astronómicos que orbitan al Sol, tienen suficiente masa para tener equilibrio hidrostático (que se observa con una forma casi esférica) y son el objeto dominante en su órbita. Los exoplanetas cumplen las mismas características, pero en lugar de orbitar al Sol orbitan a otras estrellas.
El primer exoplaneta se descubrió en 1992 en la constelación de Virgo. Ese exoplaneta orbita un púlsar, un objeto astronómico con un gran campo magnético que es un posible resultado al final de la evolución de una estrella de gran masa. Tres años después, en 1995, se descubrió el primer exoplaneta que orbita a una estrella de la secuencia principal.
Los exoplanetas, al igual que los planetas del Sistema Solar, existen en distintos tamaños y composiciones. Algunas estrellas sólo tienen un exoplaneta y otras, al igual que el Sol, tienen varios exoplanetas que giran a su alrededor. A la fecha se han identificado más de 4,000 exoplanetas. Se suelen clasificar dependiendo de su masa. Los tipo Tierra (o terrestres) son exoplanetas rocosos con una masa similar a la Tierra, los de tipo súper-Tierra también son rocosos, pero tienen hasta 10 veces la masa de la Tierra. Después están los de tipo Neptuno (también llamados neptunianos) que tienen un rango de masa entre Neptuno y Saturno. Los exoplanetas con más masa se llaman gigantes gaseosos, al igual que Saturno y Júpiter del Sistema Solar, y llegan a tener hasta 12 veces la masa de Júpiter.
La búsqueda de exoplanetas se realiza utilizando los grandes telescopios terrestres al igual que telescopios espaciales como el Telescopio Espacial Hubble, KST, TESS y próximamente el JWST.
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