Probablemente al leer el título te vino a la mente la imagen de una nebulosa o supernova. En este apartado vamos a admirar y hablar un poco sobre las nebulosas y de manera más específica, las nebulosas planetarias.
Suele suceder que por su nombre podemos confundirnos sobre qué son o cómo surgen las nebulosas planetarias, ya que su descubridor, William Herschel, pensó que se parecían a planetas gigantes al verlas por su telescopio, pues se veían difusas y redondas, y por eso uso la palabra ‘planetarias’ para nombrarlas.
Estas nebulosas vienen de estrellas con masas por debajo de 8 o 9 veces la masa del Sol. Cuando una de estas estrellas agota el hidrógeno, su núcleo comienza a colapsar pasando a la etapa de Gigante Roja. Posteriormente expulsa material de sus capas externas que se diluye en el medio interestelar. Esta etapa sería la de pre-nebulosa, donde hay muchísimo polvo y dificulta a los astrónomos ver lo que sucede con la estrella. Cada expulsión de la gigante roja deja un halo (Fig. 1) con distintas intensidades, estos nos cuentan la historia de la expulsión.
Fig. 1. Nebulosa “Ojo de Gato” es un buen ejemplo de los ‘halos’ de la nebulosa.
Las capas más externas fueron las primeras expulsiones del material de la estrella.
Crédito SEQ Ilustración */ ARABIC 1.
Los diferentes colores se deben al gas ionizado por la radiación ultravioleta que le llega de alguna estrella cercana. Los átomos se excitan y sus electrones emiten este exceso de energía en forma de radiación electromagnética, además de que los elementos presentes influyen en el tipo de color que se emitirá. De igual forma, el brillo es debido a los fotones ultravioleta. Un fotón que llega de la radiación de estrellas cercanas genera otros fotones al chocar con el material de la nebulosa, esto es conocido como fotoionización.
Al final, el espectáculo de estas vistosas pinturas en el universo son momentáneas, ya que todo el material expulsado de la estrella que vemos como nebulosa, terminará disipándose por completo, y llegaremos a ver una enana blanca.
Gracias a la espectroscopía, que en términos muy básicos es el estudio de la luz descompuesta proveniente de algún objeto que pasa por un prisma, podemos saber varias cosas de la nebulosa, así como su forma en 3D que al observar el espectro (Fig. 2). De esta podemos ver el corrimiento al azul, donde el material se estaría acercando y al rojo si se aleja. Esto ayuda a los investigadores a imaginarse de mejor manera la forma de la nebulosa. en tercera dimensión y no solamente en las dos que aparenta en el cielo.
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