Por: Lorena Arias Montaño
Nuestro Sol es una esfera de gas muy caliente, su diámetro casi alcanza el millón y medio de kilómetros. Si se quisiera cubrir su tamaño formando una línea sucesiva de Tierras se necesitarían 109. Y aun con esa gran dimensión el Sol es una estrella promedio, las hay más pequeñas y también mucho más grandes.
El tamaño más pequeño que puede tener una estrella está limitado por la temperatura en el núcleo, si el cuerpo no es lo suficientemente grande la temperatura no alcanzará el valor requerido para que se inicien las reacciones nucleares, proceso físico mediante el cual todas las estrellas generan la energía que las hace brillar. Estas estrellas llamadas enanas por su tamaño y rojas por su color apenas tienen apenas el 7.5% de la masa del Sol. Se dice que Júpiter estuvo muy cerca de alcanzar la categoría de estrella, sin embargo, Júpiter tendría que haber sido ochenta veces más masivo para poder iniciar la fusión nuclear en su interior.
Las enanas rojas son estrellas frías y de poco brillo, por esta razón ninguna estrella de este tipo se puede observar a simple vista. La estrella más cercana a nosotros, Próxima Centauri, es una enana roja. Otra estrella llamada Gliese 581, que también es una enana roja, tiene detectado un sistema de planetas orbitando a su alrededor.
En el otro extremo, la mayor masa que una estrella puede tener es 150 veces la del Sol, una cantidad de material superior a esto no podría mantenerse en forma estable y la gravedad terminaría ganando y colapsando a la estrella. Uno de los ejemplos más conocidos de estrellas masivas es el de Eta Carinae, se encuentra a 7,500 años luz de distancia, tiene entre 120 y 150 masas solares y genera cuatro millones de veces la energía del Sol. Esta estrella es muy inestable y tiene grandes eyecciones de masa, cada año expulsa lo equivalente a 500 veces la masa de la Tierra.
Algo que ha puesto en jaque a los astrofísicos es el hecho que de acuerdo a estimaciones recientes hay estrellas que rebasan el límite de masa impuesto por la teoría. La estrella más masiva del Universo conocida hasta ahora es R136a1, localizada en la Nube Mayor de Magallanes y que podría ser hasta 265 veces más masiva que el Sol. La explicación más plausible es que R136a1 es el resultado de la fusión de varias estrellas en una sola.
En el cielo de esta temporada, todavía de invierno, una estrella que podemos ver es la supergigante roja Betelgeuse en la conocida constelación de Orión, es veinte veces más masiva que el Sol y por estar en la última etapa de su vida ha crecido hasta un tamaño de mil veces el del Sol. Se cree que dentro de los próximos 1,000 años Betelgeuse acabará explotando como una supernova.
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