La flecha del tiempo

Por: Camila Cabadas Contreras

La fecha o asimetría del tiempo continúa siendo uno de los misterios del Universo. El concepto está basado en la experiencia que tenemos respecto del movimiento del tiempo como una sola dirección, siendo esta del pasado al presente. De ahí resalta su principal característica. 

Ahora bien, desde el punto de vista de la física nada dice o explica el porqué es que el tiempo se percibe de esa manera. Precisamente es lo contrario; si nos detenemos a observar, las leyes de la física no distinguen entre el  pasado, presente o futuro; son atemporales. A este concepto de equivalencia entre pasado y futuro se le reconoce como una simetría temporal. Por ello es que a todo proceso en el que el tiempo tenga dirección marcada se le atribuye una asimetría que se conoce como “fecha del tiempo”. 

Una explicación propuesta y ampliamente aceptada se ubica en la cosmología. La flecha del tiempo tiene relación con la Teoría del Big Bang y con la cosmología inflacionaria. Lo anterior, cobraría sentido si el universo hubiera tenido un alto grado de orden en sus principios. De lo anterior se deduce que, conforme el universo se expande y pierde su orden inicial, el tiempo fluye siempre hacia adelante. Esta teoría se apoya también en las leyes de la termodinámica, específicamente por la segunda ley.

La segunda ley es un resultado general derivado de la observación de que las cosas calientes se enfrían espontáneamente y las cosas frías nunca se calientan por sí mismas. Una de las muchas formas de expresarla es ésta: en un sistema cerrado, todo proceso ocurre en la dirección en la que aumenta la entropía, la cual se relaciona con el grado de “desorden” de un sistema. Ahora, si tratamos al tiempo como una unidad relacionada con la entropía, tenemos que el aumento de la entropía es el movimiento del tiempo hacia el futuro. La entropía aumenta con el tiempo. Por otro lado, si la entropía disminuye el tiempo iría hacia atrás. Resumiendo el concepto, la flecha del tiempo es la tendencia general de las cosas a desordenarse espontáneamente. Y el pasado se distingue del futuro en que el primero tiene menos entropía.

Esto, sin embargo, no implica necesariamente que el tiempo fluya. El físico Paul Davies explica esto con un ejemplo. La flecha de una brújula que apunta en una dirección, no implica ningún movimiento hacia la dirección que apunta, solo una asimetría entre las direcciones. Del mismo modo, la flecha del tiempo solo indica una asimetría del tiempo entre el antes y el después. El tiempo solo está compuesto de instantes que van junto a otros sin que ninguno sea un instante de referencia de dónde se pueda hablar del pasado o futuro. 

Aunque los científicos siguen proponiendo soluciones, como la flecha psicológica (que es nuestra percepción que el tiempo solo fluye en una dirección), la flecha cosmológica (que se mueve en la dirección en la que se expande el universo) e incluso soluciones cuánticas, no se ha podido llegar a un consenso, por lo que concluimos que todavía no hay una solución para el enigma del universo temporal irreversible.

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