T Coronae Borealis, o T CrB. Es una de las solo 10 novas recurrentes conocidas en la Vía Láctea; estas son novas que estallan en escalas de tiempo de menos de un siglo. T CrB es la más brillante del grupo con una magnitud máxima de 2.0, lo que podría ser tan brillante como una estrella vecina llamada Alphecca en la misma constelación de la Corona Boreal.
Una nova recurrente es un tipo especial de estrella que experimenta explosiones repetidas en su superficie. Para entender mejor, pensemos en una pareja cósmica formada por dos estrellas: una estrella normal y una enana blanca, que es una estrella muy densa y pequeña en comparación con nuestro Sol.
En esta pareja, la enana blanca tiene una fuerte gravedad y atrae material, principalmente hidrógeno, de la estrella normal. Este material se acumula en la superficie de la enana blanca. Con el tiempo, a medida que se acumula suficiente hidrógeno, se alcanzan condiciones extremas de temperatura y presión, lo que provoca una reacción nuclear explosiva en la superficie de la enana blanca. Este evento brillante se llama “nova”.
Lo que hace a las novas recurrentes especialmente interesantes es que este proceso no sucede solo una vez. Después de la explosión, la enana blanca empieza a acumular más material de su compañera, y eventualmente, después de varias décadas o siglos, la explosión se repite. Este ciclo de acumulación y explosión puede ocurrir varias veces a lo largo de la vida de la enana blanca, por eso se les llama “recurrentes”.
T CrB estalló en 1866 y lo hizo nuevamente 80 años después, en 1946. Aunque solo han pasado 78 años desde la última explosión, el comportamiento de T CrB durante el último año ha imitado lo que se observó justo antes de su estallido del 9 de febrero de 1946. Si continúa en esa trayectoria, los astrónomos piensan que otra erupción podría ser inminente en algún momento entre ahora y septiembre.
Todo esto sucede a un ritmo rápido, por lo que se espera que T CrB aumente de alrededor de magnitud 10 a magnitud 2 (tan brillante como Alphecca) en solo unas pocas horas. El brillo máximo dura solo alrededor de medio día. En el transcurso de una semana, el sistema se desvanecerá por debajo del límite visible a simple vista.
En el Centro Astronómico Clavius de la Ibero estaremos pendientes del comportamiento de esta nova, esperando que el clima coopere para poder apreciar este fenómeno.
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